Un encendido debate tiene lugar en este último periodo en el marco de una crisis económica que no da tregua. El empresariado – a nivel nacional – asegura que no consigue mano de obra porque los trabajadores, desocupados en la mayoría de los casos, no quieren perder sus planes sociales. Los trabajadores denuncian que los salarios que pretenden pagar los empleadores ni siquiera llegan – justamente – a cubrir el monto percibido por un plan social, monto ya bajo de por sí.
Cualquiera que haya seguido los medios de comunicación durante las últimas semanas se habrá topado con que el eje central de los programas informativos es la discusión sobre los planes sociales. Eliminarlos, reconvertirlos en trabajo formal e implementar programas de apoyo, entre las propuestas esgrimidas.
Localmente, desde la Cámara de Comercio e Industria y desde Comerciantes Unidos aseguran que la mano de obra escasea.
“La gente que tiene planes no quiere perderlos; no quiere que se los ponga en blanco porque tienen miedo de perder una plata por la que no trabajan”, disparó Carol Ramos, presidente de Comerciantes Unidos de Salta.
Aseguró, en tanto, que la relación patrón/trabajador es sumamente desigual porque las leyes protegen a este último y que, en definitiva, la única vía para saldar la situación del empleo en el país es una reforma que “cambie las cosas”.
“Sino no podemos producir y no tenemos mano de obra. Lógicamente, quien tiene un plan social no quiere perder una plata que les cae del cielo. Así ningún país sale adelante”, señaló.
No obstante, Ramos consideró que gran parte de la responsabilidad recae sobre la Cámara de Comercio e Industria de la provincia ya que, aun conociendo la problemática hace más de 10 años, no activó los resortes necesarios para hacer escuchar el reclamo del sector.
Por su parte, Gustavo Herrera, vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Salta, explicó que los dichos de Daniel Betzel iniciando la semana no hace más que reflejar la postura de todo el arco empresarial salteño.
“Y se siente mucho en el interior, donde no hay posibilidades de levantar la cosecha, por ejemplo. La gente más capacitada ingresa a las mineras y los menos capacitados tienen planes y no los quieren perder”, aseguró el dirigente empresarial.
Según su visión, una persona puede acumular varias asistencias estatales y conformar así un ingreso mensual que compite mano a mano con el que proporcionaría un trabajo registrado; sin embargo, un trabajo formal – aseguró – conlleva responsabilidades (horario, normas, etc.) que las personas no están dispuestas a cumplir, menos si “no están acostumbradas a trabajar”.
“Ahora, si tomas gente en negro te metés en un problema. Los juicios laborales son muchos y siempre la ley está a favor del empleado. Entonces, la gente tiene miedo de perder el plan y el empresario tiene miedo a los juicios, por eso la patronal se resiste a tomar gente”, esgrimió Herrera y sentenció: “Tomar gente implica algunos problemas”.
Concluyendo, el dirigente consideró que los planes sociales deben reconvertirse en trabajo formal y, en definitiva, aplicar una reforma laboral que propicie leyes más permisivas a la hora de contratar o despedir mano de obra.