#EDITORIAL | Otro caso sin culpables pone en la lupa al Poder Judicial salteño. El Ministerio Público Fiscal impulsa un proyecto para que haya “por lo menos una mujer” en los tribunales que juzgan femicidios, pero ¿es suficiente para cambiar una justicia enraizada en el patriarcado?
La Justicia salteña, que poco tiene de justa y mucho de corporativa, suma un caso más a los crímenes irresolubles o por lo menos cuyas investigaciones no llevaron al esclarecimiento, es más, abrieron más dudas que certezas. Por nombrar algunos de los últimos casos que se dieron lugar en la opinión pública y en las agendas mediáticas: Caso María Cash, Caso Lujan Peñalva y Yanina Nüesch, la muerte del comisario Piccolo, la desaparición de Carolina Cheverría, el caso de las turistas francesas o la desaparición de Gala Cancinos.
No es una casualidad que la mayoría de los casos sin esclarecimiento tengan a mujeres como victimas, ya que parece que en Salta, el sistema judicial funciona como un engranaje del patriarcado. Los últimos casos de femicidios que llegaron a la Justicia salteña ponen de manifiesto la complicidad que existe entre las fuerzas de seguridad, la Justicia y el poder político para la inacción en casos donde corren riesgo nuestras vidas y la indiferencia ante las muertes violentas de
mujeres por cuestiones de género.
La absolución de los implicados en el femicidio de Jimena Salas deja la investigación en foja cero. Desde su comienzo el juicio, después de cuatro años del crimen, ya abría interrogantes. Se iniciaba un juicio sin autores materiales, dos involucrados que eran juzgados, uno de ellos por “hacer de campana” y el otro por encubrimiento del asesinato, de los cuales uno de ellos, proveniente de un contexto humilde, esperaba desde hace dos años su sentencia en Villa Las Rosas y un tribunal integrado por un juez denunciado por violencia de género.
En este contexto, desde el Ministerio Público Fiscal se dio a conocer un proyecto enviado a la legislatura salteña donde se busca garantizar perspectiva de género en los juicios y la incorporación de “por lo menos una mujer” en los tribunales que diriman en casos de femicidio.
En primer lugar, ya de por sí el origen del proyecto lleva al cuestionamiento teniendo en cuenta el descreimiento de la sociedad en los procedimientos de la Justicia en casos de violencia de género y femicidios, en especifico, sin ir más lejos en la causa por el crimen de Jimena Salas fueron seis los fiscales que intervinieron en la investigación que hoy está en foja cero. Es decir, a falta de legisladores interesados en estos casos un proyecto que ya debería estar dado dentro de la justicia del siglo XXI emana desde dentro del Poder Judicial ¿De parte del problema? En segundo lugar, la constante interpelación de las familias de las víctimas, lleva a preguntarnos ¿La solución de la justicia patriarcal se da solo teniendo “por lo menos una mujer” en los tribunales?.
Es cierto que la solución no se da porque se integre una mujer en la conformación de los tribunales, sino que se debe pensar en ¿Qué mujeres, con qué preparación, se integran en puestos de autoridad y en la toma de decisiones? como también en la formación de todos los efectores de Justicia más allá de su género. Las mujeres nacimos y fuimos criadas en un sistema patriarcal estamos en constante deconstrucción y es la toma de conciencia como colectivo y la preparación en estudios de género lo que nos puede llevar a un cambio desde dentro del sistema, desde puestos de autoridad.
Sin embargo, ese cambio es posible si se da mayores posibilidades de acceso a las mujeres a puestos de decisión, ya que la mayoría de las sentencias en casos de femicidios fueron y son juzgados por hombres reproduciendo estereotipos de género. Según un análisis de UFEM Argentina, de 50 sentencias de femicidio en todo el país, el 74% fueron juzgados por tribunales compuestos únicamente por varones, mientras el 33% corresponden a tribunales mixtos con mayoría masculina.