Si bien el Ministro de Educación salteño celebró la propuesta de Nación – automáticamente – consideró que la viabilidad de la medida debe ser “analizada” en profundidad. Los salarios docentes, la infraestructura, el transporte; entre los tópicos que sugiere estudiar el funcionario.
Con la intención de recuperar contenidos en las escuelas públicas del país, el Ministerio de Educación de la Nación propuso extender una hora la jornada de clases en el nivel primario. Claro, la decisión no es exclusivamente de la Administración central del país y, en este sentido, se llamó a discutir la posibilidad en el Consejo Federal de Educación.
Desde la cartera educativa del país se anunció también que, de llegarse a aceptar la propuesta, los docentes recibirán un incremento salarial por las horas extras trabajadas.
La iniciativa tuvo una recepción dispar.
Padres y docentes advirtieron que, si bien más tiempo de clases puede ser beneficioso, los posibles cambios en el horario de ingreso y egreso de los alumnos trastocarían la dinámica habitual de las familias, por un lado, así como también las – ya de por sí – ajustadas jornadas laborales de los educadores. No es secreto que muchos docentes deben correr de un establecimiento a otro para intentar completar un salario que apenas los ponga por arriba de la línea de pobreza.
¿Y en Salta? Las cosas no son muy distintas y es comprensible que así sea, sin embargo, se intuye inaceptable que el titular del área – Matías Cánepa, ministro de Educación salteño – no pueda ofrecer siquiera un panorama sobre la viabilidad o no de la medida a nivel local.
Claro, para ofrecer pintar un panorama, se entiende, primero debería haber un diagnóstico del estado de la educación en la provincia y, por sus declaraciones y por lo que el día a día en los establecimientos nos muestra, tal valoración no existe.
A la hora de ser consultado, Cánepa aseguró que habría que tener en cuenta la infraestructura de los establecimientos, el cómo se pagará esa hora extra a los docentes y cómo afectaría la medida al sistema de transporte.
Las escuelas se caen a pedazos. De hecho, hay escuelas que solo tuvieron una semana de clases presenciales – por caso, la Joaquín Castellanos de Tres Cerritos – y debieron suspenderlas tras el primer temporal en la provincia; el agua ingresaba a las aulas por techos y paredes. Y la problemática se profundiza en el interior salteño.
Por otro lado, Nación anunció que el pago a los trabajadores correría por su cuenta y no serían las Provincias las encargadas de la erogación. No debería ser un tema de análisis, entonces.
Respecto al sistema de transporte, bastaría con que autoridades de SAETA y el propio Ministro se pongan de acuerdo y diagramen un plan para no resentir la disponibilidad de coches y, consecuentemente, sus frecuencias. ¿Sería este un impedimento, entonces? No debería serlo.
Lo dicho. El ‘análisis’ al que hace referencia Cánepa podría saldarse en pocos minutos si es que existiese un diagnóstico sobre la educación en Salta; no obstante, puede inferirse también que diagramar los cambios en el sistema requeriría un arduo trabajo de la cartera que comanda y – justamente – el trabajo no es una de las virtudes que lo destaque.
Basta recordar que, siendo concejal de la ciudad, no hay registro de que haya presentado ni un solo proyecto para ser debatido. Que las escuelas se caigan a pedazos también es muestra – cabal – de su gestión.